PERÚ – BRASIL DOS REALIDADE DISTINTAS

El 03 de octubre del 2010, concluyeron las elecciones municipales en el Perú, de las que se esperaba un desarrollo normal y sosegado, pero estas fueron todo lo contrario. En muchos distritos hubo protestas violentas por fraude, en otros la insatisfacción generó repulsa que también se dejó sentir.

Han transcurrido más de 30 días y la ONPE, que es la encargada de liderar las elecciones como de proclamar al vencedor, hasta ahora no dice nada. La incapacidad de llevar a buen término los escrutinios copó la paciencia y tolerancia de los candidatos, y si bien el Congreso de la Republica aprobó el voto electrónico para las elecciones presidenciales del 2011, este será progresivo y limitado a las áreas piloto que se definirán.

El problema al que muchos hacen referencia es que la ONPE no debiera existir, ya que existe un órgano central electoral y porque esta fue creación de fujimontesinismo (1990-2000) para controlar las elecciones. Sea como fuere, el próximo año las elecciones presidenciales serán tan faltas de credibilidad y seriedad que el próximo presidente elegido tendrá un inicio deficitario frente a los electores. A esto se le suma que en el Congreso de la Republica se discutirá la ley que faculta el voto voluntario, que por cierto es democrático, justo y procedente por otro lado no legitimará al nuevo presidente.

Para esto último posiblemente hay muchas explicaciones, pero la influencia negativa de la falta de partidos políticos serios, la fragmentación partidaria, la débil presencia del sindicalismo y la abrumadora desinteligencia del pueblo elector harán una vez más fracasar cualquier intento de solución a los álgidos problemas socioeconómicos que afronta el Perú de hoy.

A la carencia de partidos políticos organizados, aparecen las alianzas y, por ejemplo, este es el caso del APRA con el PPC. Solo este hecho retrotrae en la memoria a los tiempos en que el APRA de Víctor Raúl Haya de la Torre realizó una alianza con la Unión Nacional Odriista (UNO), agrupación política antagónica que hasta lo retuvo cuasi preso en la embajada de Colombia en Lima por espacio de 6 años.

Lo peligroso para el Perú es que la candidata de esta alianza es la ex ministra de economía y finanzas del actual gobierno aprista, Mercedes Araoz, mujer que más que lidereza política tiene en su currículo-vitae, haber sido ministra de la producción y de comercio. Sus desventajas son la falta de liderazgo político, inexperiencia política, es incondicional a Alan García Pérez y adversaria de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, por haber pretendido eliminar la cedula viva y haber propuesto dejar sin efecto la adquisición de pertrechos militares para poder aumentar los salarios al personal militar y policial.

Solamente este hecho la descalifica para optar ser candidata a la presidencia, puesto que en cinco años las tensiones con el cuerpo militar terminarían por arruinar las mejoras de las condiciones económicas del actual modelo económico; además del daño económico que produce su presencia, seria una nefasta señal para las PYMES, trabajadores estatales, obreros, y en general para lo que necesita más que nunca el Perú: ecuanimidad y confianza.

Sin confianza la economía no funciona y Araoz no es esto lo que ofrece. Por otro lado, el lanzamiento verbal de su candidatura dañaría la imagen ya maltrecha de Alan García Pérez, el que por segunda vez traicionaría a sus partidarios y angustiaría a los demás; al parecer Araoz seria candidata a la presidencia para cuidarle las espaldas después del 28 de julio del 2011.

Ni Alan García y Mercedes Araoz, son ni se parecen a Lula da Silva y Dilma Rousseff, pues las reseñas políticas son realmente diferentes. Lula, fue obrero

A. García-M. Araoz

y fracasó muchas veces en su intento por llegar a la presidencia del Brasil y Dilma Rousseff fue la que logró derrotar a José Serna por un amplio margen en la segunda vuelta de las elecciones en Brasil el domingo 01/11/10.

Rousseff, es la primera mujer que es presidenta del Brasil, cargo que asumirá en enero del 2011, liderando como Lula al Partido de los Trabajadores.